domingo, 14 de septiembre de 2008

Arte Latinoamericano

Frida Kalho, retrato desde el alma


La idea motivadora es presentar la palabra de artistas exponentes que aporten una manera de reflexionar sobre la vida. Así, el eje central será reconocer las concepciones de mujeres referentes latinoamericanas sobre temáticas de género.
En esta oportunidad, se trata de Frida Kalho, de quien se destacará su aporte sobre el sentido de ser mujeres desde la contemplación del arte. Ella era una pintora mexicana, nacida en Coyoacán y fue esposa del famoso muralista Diego Rivera, ambos afiliados al partido comunista, ideología que incide en sus pinturas.
Por ello, Kalho en su crecimiento artístico aborda la sensibilidad que proviene de la cultura popular mexicana para rescatar las prácticas indígenas y el pasado precolombino. Así, se convierte en una gran exponente de la escuela surrealista.
De todos modos, lo que se pretende destacar en este escrito es su fortaleza para salir delante de una crítica situación que irrumpe su vida. Es que sufre un tremendo accidente que deriva en un estado convaleciente, pero aun así, lo transformó en una fuente de inspiración.
Por ello, durante la recuperación se dedica a pintar autorretratos como una expresión intima del momento de transición que protagonizaba. Se trataron de obras de carácter simbólico que la ayudan a superar. Recursos básicos como: un atril y un espejo, fueron los que utilizo para expresarse y generar pinturas que mostrarían la construcción de su imagen femenina.
El caso del autorretrato con chango y loro, en el que se reitera un mismo modelo con objetos cambiables como lagrimas, collares, cintas, animales y vegetación que representan a su país.
Luego de estos datos referenciales, se destaca el sentido que ha expresado en referencia a su propia imagen:
“Es que estoy sola casi siempre y me parezco a mucha
gente y a muchas cosas. Al modo clásico, para aprender
utilicé un modelo: yo misma. No fue fácil: por más que
una misma sea el tema más evidente, también es el más
difícil. Uno cree conocer cada fracción de su cara, cada
rasgo, cada expresión, pero ahora todo se burla. Una es una
misma y otro: una cree conocerse hasta las puntas de los
dedos, y de pronto siente que su propia envoltura se escapa,
se vuelve completamente extraña a lo que la llena. En el
momento en que una siente que no soporta más verse,
comprende que la imagen que tiene delante no es una
misma. Del modo más académico hice de mí misma mi
modelo, mi tema de estudio”. Frida Kahlo.




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